¿Te acuerdas hace una década, cuando esperábamos con ansia las fechas de rebajas en enero y febrero y luego en verano? Qué tiempos. Parecía que te ibas a comer el mundo y que realmente ibas a ahorrar dinero comprando durante esos días. Y las fechas estaban bien delimitadas y no eran excesivas. Todo esto me lleva a pensar que ahora nos estamos pasando de frenada: hay demasiados días de rebajas. Y esto es algo que no ayuda a comprar cosas que te vayan a durar toda la vida, porque al final terminas haciéndote con cosa de baja calidad.
¿Por qué pienso esto? Porque acabas de salir de unas fechas de rebajas y te plantas en las siguientes… cada dos o 3 meses. No hay descanso. Lo que te puede llevar a reflexionar si realmente estás comprando productos rebajados de precio o si las empresas nos la están intentando colar de alguna manera. O simplemente quieren cuadrar sus cuentas para fin de año diciendo que han vendido tropecientos millones más que el año anterior. Soy un mal pensado, pero cada vez estoy más alerta de este tipo de prácticas.
¿No me crees? Fíjate en todas las fechas con ofertas que hay actualmente durante el año:
- Black Friday: El cuarto viernes de noviembre (justo después del Día de Acción de Gracias en EE. UU.). Es una de las mayores oportunidades de descuento en productos electrónicos, ropa y más. Fecha en 2024: 29 de noviembre.
- Cyber Monday: El lunes siguiente al Black Friday, se enfoca más en compras en línea con descuentos similares o adicionales. Fecha en 2024: 2 de diciembre.
- 11.11 (Día del Soltero): Celebrado el 11 de noviembre, especialmente en AliExpress y tiendas asiáticas.
- Prime Day (Amazon): Normalmente en julio y ahora también a principios de octubre, es un evento exclusivo para los miembros de Amazon Prime con grandes descuentos en productos.
- Rebajas de verano: En julio y agosto en muchas tiendas, con descuentos en ropa y productos de temporada.
- Rebajas de enero: Comienzan justo después del Año Nuevo, principalmente en tiendas físicas, pero también en plataformas en línea.
- Navidad y Fin de Año: Las semanas previas a la Navidad suelen tener descuentos orientados a compras de regalos.
Y entre medias de estas fechas, qué casualidad, siempre tenemos días especiales como: el Día del Padre (19 de marzo), el Día de la Madre (Primer domingo de mayo), El día de los enamorados (14 de Febrero), el Día de los Abuelos, el Día del Libro, Bautizos y Comuniones desde mayo, un buen amigo invisible cerca de Navidad, Navidad y Día de Reyes en diciembre y enero, el Día de la Marmota (este le celebró yo a principios de febrero con Bill Murray)… Vamos, que estamos comprando todo el año.
¿Tenemos algún día de descanso? Es totalmente irracional y tenemos que ser conscientes de ello.
Primero: no hace falta regalar siempre algo, o por lo menos no hace falta regalar algo que hayamos comprado. No hace falta comprar algo para demostrar cariño a otra persona. Simplemente, podemos dedicarle ese día especial y pasarlo con él o ella. ¿No?
Segundo: Las rebajas no siempre ofrecen buenos productos ni mucha rebaja en el precio. Deberíamos de centrarnos en comprar productos de calidad que no tengan obsolescencia programada. Y premiar a las marcas que nos ofrezcan dispositivos que duren más de 10 años.
Tercero: Probablemente, el 80 % de las cosas que compramos NO las vamos a mirar ni de lejos pasadas pocas semanas. Compramos muchas cosas que no necesitamos. Cosas que se nos meten por los ojos gracias a las Redes Sociales y que están recomendadas por algún influencer, y luego no hacen que nuestra vida mejore.
Ese es el punto clave: Solo deberías comprar cosas que tengan un balance positivo en tu vida. Que te ayuden a mejorar tu día a día sin dejarte el bolsillo vacío. ¿Cómo puedes reconocer este tipo de productos? No es sencillo. Pero te doy un truco para descubrirlos: si dejas pasar el ansia inicial de comprarlos, y pasados unos días, todavía quieres tenerlos en tu poder, probablemente sea una buena compra… sobre todo si has hecho un buen análisis por ti mismo de sus características, utilidades y tienen buenas opiniones y reviews.
Me parece bien que compres en fechas de rebajas, pero solo aquello que realmente necesites. Solo aquellos productos de los que hayas hecho un buen seguimiento de precios a lo largo del año. Y siempre teniendo en cuenta el problema de la inflación, qué no es moco de pavo. No te vuelvas loco con las rebajas de precio espectaculares. Céntrate. Pasa del marketing. Conoce sus secretos para combatirlo.
Y todo esto me lleva a que las épocas de rebajas no son buenas consejeras para encontrar productos que duren toda la vida. Esa sensación de inmediatez y de que te vas a perder algo fundamental para tu vida no son buenas consejeras para elegir con cabeza.
Los productos para toda la vida: ¿Una quimera?
¿Productos para toda la vida? Ten en cuenta mi regla de los 10 años, algo que últimamente me obsesiona mucho. Un ejemplo: tengo una TV Panasonic que ha estado en mi salón la friolera de 22 años, y sigue como el primer día. ¿Fue cara? Sí, pero ha demostrado dar un resultado tremendo, y al final, si tenemos en cuenta todos los años que me está durando, fue una de las mejores compras que hecho en mi vida. Ha merecido la pena.
- Este tipo de productos es difícil de encontrar, un Buy It fo Life, como dicen en Estados Unidos o Una Compra para toda la Vida, como dicen en mi pueblo.
Este tipo de productos son como el Santo Grial, todos los queremos, pero pocos lo encuentran… y muchas veces no sabes qué resultado te van a dar. ¿Tengo alguno más? Sí. Mis relojes Casio han demostrado ser una buena compra, sobre todo los G-Shock. También unos cuantos ordenadores MacBook de Apple, que primero uso con el sistema operativo macOS y luego término instalando Fedora Linux. ¿Traducción? Tengo algún ordenador que tiene más de 14 años y sigue funcionando.
Tampoco puedo dejar de lado algunos auriculares de la marca Sennheiser, por supuesto con cable. Por ejemplo, mis queridos Sennheiser HD 660. Pero también cosas tan interesantes como mi teclado Topre HHKB, un dispositivo que uso todos los días, y que tiene pinta de que va a acabar conmigo metido en el ataúd… funcionando como el primer día.
¿Hay algún patrón en común entre todos estos productos? Excepto con los relojes Casio, que no son demasiado caros, el resto suele costar un poco más que sus competidores directos. Cuando compre la TV de Panasonic, casi me echo a llorar al ver su precio final, más de 2000 euros (a principios de los 2000). Pero si lo miro ahora con retrospectiva, me doy cuenta de que ha salido barata. El problema concreto con los televisores actuales, es que son tan smart, que en unos 5 años dejan de darte soporte en su sistema operativo. Venga ya. No necesito nada inteligente en mi vida. Ya me las apaño solito.
Las empresas han comprendido (o siempre lo han sabido) que somos algo vagos por naturaleza y preferimos que nos den las cosas mascadas. Preferimos comprar medio melón cortado, aunque cueste más caro, o la calaba en trozos, o que nos hagan el zumo de naranja, o tener servicios de streaming con todo el contenido posible (la gente ha dejado de piratear contenido, aunque a veces nos digan lo contrario). Ya nos da pereza hasta navegar por internet para encontrar información y preferimos quedarnos dentro del campo vallado de Instagram, TikTok y otras redes sociales. Es la leche.
Lo mismo se traduce al mundo de la compra online. Vamos a lo inmediato. No nos concentramos en encontrar la mejor opción. Nos vamos a lo más barato (que no lo es tanto) o a lo que mejor publicidad tenga. Mientras tanto, dejamos pasar buenas oportunidades por dejar de buscar buena información. Es así. Solo nos fiamos de determinadas personas en redes sociales que os ofrecen su opinión, y no nos centramos en valorar el producto nosotros mismos.
¿Consejo? Debemos volver a la cueva, encender una vela y ver nuestra propia sombra. Darnos cuenta de que algo no está bien, descubrir de nuevo la realidad por nosotros mismos sin que nadie nos diga lo que está bien o mal. Todo esto, que parece muy filosófico, es algo que nos puede cambiar. Nuestro bolsillo va a estar más lleno de dinero y nuestra casa menos llena de productos innecesarios. Te lo aseguro.
La moraleja de todo esto, es que debemos desconfiar un poco de todas las rebajas actuales e intentar comprar solo lo necesario. Y no solo eso: debemos comprar productos que nos duren muchos años. Yo te he dado unos cuantos ejemplos, pero me gustaría conocer qué productos inmortales tienes en tu casa: ¿TV, consola, pantalla de ordenador, reloj… coche? Deja un comentario. ¡Quiero saber cuáles son!